UNA VIDA SIN UN PERRO, ES UN ERROR

"LA GRANDEZA DE UNA NACIÓN Y SU PROGRESO MORAL PUEDE SER JUZGADO POR LA FORMA EN QUE SUS ANIMALES SON TRATADOS."
Mahatma Gandhi

NO USES PIROTECNIA

NO USES PIROTECNIA
Por favor, no usen pirotecnia. Los "cuetes" nos asustan, nos hacen mucho mal a nuestros oídos, nos desorientan y son la causa de que muchos perros y gatos se pierdan entre diciembre y febrero. Lo mismo les ocurre a otros animales, como las aves. Pensá en nosotros y en los múltiples problemas que pueden causar los fuegos artificiales. NO USES PIROTECNIA. Gracias. PD: Ah... Ponele chapita con número de teléfono a tu perro. Para esta época hay muchos perros perdidos a causa de la pirotecnia, por favor, si ves alguno no sigas de largo, ayudalo a encontrar a su familia.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Perfume y jabón



Hola, diario. Ayer salimos a pasear lo más tranquilos por la calle y, oliendo en la ferretería de mitad de cuadra, me enteré de que Morena estaba indispuesta. Había pasado por ahí y dejó su precioso aroma. También me enteré de que unos tipos estuvieron de juerga en la esquina porque había cinco olores distintos que dejaron al orinar. Es que para nosotros, los perros, salir a pasear a la mañana y olfatear todo es el equivalente a leer el diario para las personas. Lo hacés para enterarte de todo lo que pasó durante el día.
Bueno, pero en ese mismo paseo sentí un olor muy fuerte a la vuelta de casa, cerca de la peluquería donde vive el perrito concheto que insulta siempre cuando uno pasa. Era un olor fuertísimo, como de un animal al que desconozco. Me sedujo tanto que me tiré al piso panza arriba y me revolqué refregando mi lomo sobre todo el sector olorizado. Uy… qué placer… Fue un revolcón frenético, con ganas. Dejé que todo ese aroma me cubra el lomo y recién ahí me incorporé. Estaba feliz de estar así, perfumado. Pero los placeres de la vida duran poco. Pablo puso el grito en el cielo. Me empezó a retar con una ametralladora de “no”. “No, no, no, no, no, no, no, no”, disparaba. ¿Qué hice de malo? ¿Acaso él no se perfuma todas las mañanas con un líquido horroroso que tiene en un frasquito y que me hace estornudar? Bueno, se enfureció. Me agarró del collar, me puso la correa y me llevó a casa repitiéndome todo el tiempo que era un asqueroso. ¡Uy, cómo arrugaba la nariz cada vez que me olía! Un exagerado. Me parece que no sabe de ciertos placeres.
Cuando llegamos a casa siguió protestando, se metió en el baño y abrió la ducha. Me sorprendió. “Estoy viviendo con un loco”, pensé. “Me perfumo yo y se va a bañar él”. Bueno, me había equivocado. Me desnudó… es decir, me sacó el collar, y me metió adentro de la bañera, debajo de esa ducha de agua tibia. Al principio lo insulté por dentro. En un segundo quedé todo mojado y me llenó el cuerpo de una espuma que, debo reconocer, olía bastante bien (No sé por qué, pero me encanta lamer la espuma del jabón blanco.). La cosa es que me estaban dando mi primer baño en mucho tiempo. Me hizo recordar que Andrés me había bañado un par de veces en su patio, pero con una manguera. Era muy chiquito. ¡Qué placer que es bañarse! Yo no sé si a mis otros congéneres les gustará, pero a mí me fascina. Me encanta meter la cara debajo de la ducha y que el agua te pegue en la frente y en el hocico. Y cuando Pablo me tira agua tibia con un jarrito en la panza, me da una sensación divina de placer. Ah… a él le gusta tapar la bañera, entonces yo aprovecho y, con las patas delanteras, me pongo a chapotear. ¡Lo mojo todo! Pero le causa gracia. Eso sirvió para distender la situación anterior. Se sacó la remera, dejó que lo moje y nos morimos de risa por un buen rato.
Después, me secó con una toalla que, según dijo, sería mía para siempre.
El baño es toda una ceremonia en casa. Pablo desparrama papeles de diario por todo el piso para que yo pueda revolcarme en ellos y termine de secarme. Y siempre, siempre, después del secado, me dice: “Estás re-lindo, Francisco”. Y me abraza y me caricia el pelo, que me queda todo suave. Esto sí que es vida. Si supieran los muchachos de MAPA...

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