UNA VIDA SIN UN PERRO, ES UN ERROR

"LA GRANDEZA DE UNA NACIÓN Y SU PROGRESO MORAL PUEDE SER JUZGADO POR LA FORMA EN QUE SUS ANIMALES SON TRATADOS."
Mahatma Gandhi

NO USES PIROTECNIA

NO USES PIROTECNIA
Por favor, no usen pirotecnia. Los "cuetes" nos asustan, nos hacen mucho mal a nuestros oídos, nos desorientan y son la causa de que muchos perros y gatos se pierdan entre diciembre y febrero. Lo mismo les ocurre a otros animales, como las aves. Pensá en nosotros y en los múltiples problemas que pueden causar los fuegos artificiales. NO USES PIROTECNIA. Gracias. PD: Ah... Ponele chapita con número de teléfono a tu perro. Para esta época hay muchos perros perdidos a causa de la pirotecnia, por favor, si ves alguno no sigas de largo, ayudalo a encontrar a su familia.

lunes, 30 de agosto de 2010

Papelón escatológico


Hola, diario. Soy un inmaduro. Pablo me retó y tiene razón. Ayer vino a casa alguien. Alguien especial parece. Podía percibirlo. Pablo estaba con la adrenalina por las nubes, iba de un lado a otro acomodando cosas y hasta preparó una rica comida. Y vos sabés que soy un poco celoso. No pude soportar que le preste tanta atención a otro ser que no sea yo. Estaba como embobado. Sus ojos se perdían en otros ojos y ni siquiera tuvo la gentileza de darme un pedacito de lo que estaba comiendo. Durante toda la cena hice todo tipo de cosas como para llamar la atención. Traje a Osito 4, la pelota, la pelota con soga, un almohadón de la habitación (de esos prohibidos) y hasta me robé un calzoncillos de un cajón y entré en el comedor sacudiéndolo con mis dientes. Me tuvieron que perseguir para que lo suelte. Pablo estaba irritadísimo. Conseguí que me dieran un poco de lo que estaban comiendo y me calmé un poco. Riquísimo. Una carne muy condimentada, con papitas y queso fundido. Un manjar. A mí no me cocina nunca eso.
Claro, mi estómago no está acostumbrado a ese tipo de condimento, así que, en pocos minutos, algunas bombas empezaron a estallar dentro de mí. Pablo se puso como loco. Encendió un sahumerio y creo que hasta tuvo ganas de echar matamosquitos como para apaciguar ese aroma tan horrible que salía de mi ser. Juro que no lo pude controlar. Bueno... hubiera podido controlarlo un poquito, pero me divirtió el asunto.
Creo que le arruiné los planes. Sí, soy un egoísta.
Pero dormí solito, a sus pies sin nadie que estorbe.

viernes, 20 de agosto de 2010

Adoptado


Hola, diario. El tal Molina se fue. No lo aguantaba más. Ese afán gratuito de agradar y esa energía permanente me sacaba de quicio. Todo el tiempo quería jugar. ¿Sabés lo que es estar acostado descansando y que un chico esté todo el tiempo saltando a tu alrededor? Por favor, no estoy para eso. Además, se hacía el guardiancito. Alguien se arrimaba a la puerta y se ponía a ladrar como loco. ¡No te pagan como vigilancia, pibe! Además, se adueñó de un osito de goma que hace ruido al que siempre odié. Pablo me lo regaló un día para jugar al "andá a buscarlo" y nunca le di pelota. A él le encantaba. Obviamente se lo regalé. Lo peor de todo es que Pablo se había empezado a encariñar. Yo me daba cuenta que lo alzaba y le daba besitos. Lo hacía cuando yo no lo veía. El martes estuve todo el día sin hablarle por eso. Además, a la hora de desayunar, cortaba un pedacito de medialuna y me lo daba a mí, y después le daba otro a él. Psss...
El sábado hicimos casting de dueños. Vinieron muchos amigos nuestros a casa. Molina hizo bien su papel y fue carismático con algunos. Hubo dos o tres que casi se quebraron, pero finalmente no se decidieron. El muy tonto hizo papelones de chico. ¿Podés creer que se prendió de la pierna de varios? Inmaduro.
Pero llegó el día. Ayer, cuando se lo llevaron, vi que a Pablo le salía mucha agua de los ojos. Lo alzó y le dio muchos besitos y el pobre enano, cuando se iba, giraba la cabeza para mirarnos. Yo le decía: "Andá, andá que vas a ser feliz". Y creo que tengo razón. Se fue con una familia hermosa. Un amigo de Pablo, que tiene una compañera de vida, tres hijos y un gato. Si le agarran ganas de jugar, va a tener seis opciones para hacerlo.
Aquí quedó su olor. Y hoy cuando lo sentía, me puse a pensar en cómo la vida te puede sorprender. De pronto, estás con el hocico metido en la basura y la providencia te coloca, por arte del corazón, con el hocico en un manjar. Es un golpe de suerte, sí. A algunos les llega y a otros no. Él estaba relajado, inocente, caminando la vida, distraído. Y la suerte lo atrapó. A mí me pasó algo similar. Tal vez haya que relajarse. Ya sé, ya sé... No es fácil

viernes, 13 de agosto de 2010

Molina


Y seguimos con el perrito huérfano en casa. Por suerte, Pablo le pone límites a este chico. Por ejemplo, no lo deja subir a la cama. Y está muy bien. Ahora se le está yendo la vergüenza. ¿Podés creer que lo adora a Pablo? Hasta lo abrazó. Lo vi y no lo podía creer. Yo no le hablo. A ninguno de los dos. ¿Sabés por qué? Pablo le puso nombre. Estamos en problemas. Resulta que el enano este se llama Molina. No sé por qué le puso un nombre tan extraño. Yo lo estuve oliendo y vino fallado. Tiene un solo huevo y hace pis sentado. Por eso debe ser que es tan menudito y chiquito. Salimos a caminar a la calle y tiembla de frío. Cuando entramos a casa, queda sumido en un éxtasis del que no puede parar. Corre por todos lados y salta como un canguro. Pobre pibe... Tiene una felicidad impresionante. Y no tiene idea de que ESTE NO ES SU HOGAR. Es un inquilino. De todos modos, te cuento esto y me enternece verlo ahí sentadito en mi puf favorito, abrazado a Osito 2, que ya no tiene cabeza. Anda por todos lados con Osito 2 entre los dientes. Es una criatura. Lo que me sacó de quicio es que en plena noche, el Molina este, sigilosamente, se subió a la cama. Yo no sabía qué hacer. Si gruñía o ladraba, Pablo se iba a despertar. El muy pillo, me miró de reojo y se acostó hecho un bollito, en las piernas de Pablo. Él duerme como un tronco y nunca se enteró. Así estuvo horas. Después, se estiró todo y quedó con la panza pegada en las patas de Pablo. Yo no pegué un ojo. Me quedé en vigilia porque no podía creer la desfachatez de este pibe. A la mañana, apenas sonó el despertador, levantó la cabeza con cara de "yo no fui" y se bajó de la cama con la cola entre las patas. Aunque lo odio, hay algo en él que me provoca ternura. Cuando lo acarician o le hablan, cierra los ojos. Un romántico. Creo que cuando lo adopten, voy a regalarle a Osito 2 para que se lleve un buen recuerdo. Pero espero que lo adopten pronto. ¿Escuchaste, diario?

miércoles, 11 de agosto de 2010

¡Adopción, adopción, adopción, adopción!


Hola, diario. En realidad, el enano es buenísimo. No jode, se porta bien y no es invasivo. Bah... Sí, le encanta sentarse un rato en cada sillón de la casa.
El pibe no lo puede creer... Hace dos días andaba revolviendo las bolsas de basura y esquivando colectivos* y ahora tiene sillones, canastas, alimento balanceado, juguetes y sobras de comida riquísima.
Anoche Pablo probó dejarnos solos un buen rato. No rompimos nada, pero hicimos competencia de meadas. Yo marqué la porción más grande del living para mí.
Es que hay demasiada testosterona en esta casa. No podemos convivir todos. Uno se tiene que ir.
Ah... te recuerdo: ESTÁ EN ADOPCIÓN.

* Autobuses.

martes, 10 de agosto de 2010

¡Adopción, adopción!


Estoy podrido, diario. Esto no es vida. ¿Vos podés creer que anoche Pablo volvió a casa con un perro? ¡¡Y lo traía en los brazos!! Es un bajón. Es el tercer perro que trae a casa. Digo yo: ¿no podemos vivir tranquilos nosotros dos? Es un petiso hediondo... un pibe*. Tendrá un año como mucho. Como siempre, primero se hizo el sumisito, pero hoy el enano insolente se quiso hacer el lider. Encima es un ordinario. ¿Podés creer que meó en medio del living?
A mí Pablo me tiene podrido con este tipo de actitudes. ¡San Francisco de Asís se murió, Pabloooo!
A través tuyo, diario, quiero hacer un pedido a la comunidad: Por favor, que alguien tenga la bondad de adoptar a este enano. Los dos no podemos vivir en el mismo lugar.

*Chico.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Comida cara


Hola, diario. Estoy un poco indignado. Me cambiaron la comida. ¿Vos podés creer que Pablo me quiere engañar con ese tema? ¡¿A mí, a su mejor amigo?! Anteanoche, tardó en llegar un poco más de lo acostumbrado, o sea, me estaba meando y muriendo de hambre. Cuando me paré frente a mi platito esperando que lo llene, como siempre, sacó un puñado de la enorme bolsa a rayas y me dio de comer. Sin demostrar demasiada desesperación, para que no se preocupe, empecé a devorar todo y sentí un sabor distinto en algunos bocados. Bueno, lo dejé pasar porque el hambre pudo más.
Ayer, cuando llenó mi plato a media mañana, para desayunar juntos, observé todo mucho mejor. La bolsa a rayas estaba casi vacía y sacó los últimos puñados, del fondo. Pero luego, tomó otro puñado de otra bolsa distinta, que tenía una enorme foto de un perro feliz. Cuando la probé, me di cuenta inmediatamente. ¡Me estaba cambiando la comida y me la mezclaba! Lo miré indignado. Fijamente. Le dije: "¿Vos te creés que yo soy boludo, que no me doy cuenta?". Creo que me entendió. Pero no había vuelta atrás. Traté de frenar mi disgusto y comencé a saborearla. Te confieso algo, diario, está riquísima también. Sólo que me molestó un poco que trate de engañarme. Soy perro, no soy paloma.