UNA VIDA SIN UN PERRO, ES UN ERROR

"LA GRANDEZA DE UNA NACIÓN Y SU PROGRESO MORAL PUEDE SER JUZGADO POR LA FORMA EN QUE SUS ANIMALES SON TRATADOS."
Mahatma Gandhi

NO USES PIROTECNIA

NO USES PIROTECNIA
Por favor, no usen pirotecnia. Los "cuetes" nos asustan, nos hacen mucho mal a nuestros oídos, nos desorientan y son la causa de que muchos perros y gatos se pierdan entre diciembre y febrero. Lo mismo les ocurre a otros animales, como las aves. Pensá en nosotros y en los múltiples problemas que pueden causar los fuegos artificiales. NO USES PIROTECNIA. Gracias. PD: Ah... Ponele chapita con número de teléfono a tu perro. Para esta época hay muchos perros perdidos a causa de la pirotecnia, por favor, si ves alguno no sigas de largo, ayudalo a encontrar a su familia.

sábado, 6 de agosto de 2011

El gato volador



Hola, diario. Hace días que me pregunto por qué los perros no tenemos la agilidad de los gatos. A veces me da una envidia ver todo lo que logra Néstor gracias a su agilidad... Puede pasar horas a metros del piso y sólo baja cuando se le antoja. Le encanta caminar por encima de todos los muebles y tiene una habilidad tremenda para esquivar cada uno de los adornos que están sobre ellos, sin derribar ninguno. Bueno, excepto al chino de madera, como te conté. Pablo puede dejar la mesa llena de copas y botellas que Néstor, sigiloso, puede avanzar por todas ellas sin tirar ninguna. También se trepa a la reja del patio y sube al primer piso para visitar a los vecinos. Tiene suerte de que a ellos les gusten los gatos. Me da tanta envidia esa agilidad. Si yo intentara treparme a la mesa como hace él, se me iría todo a la mierda en dos segundos. No domino el cuerpo. No sé si este gato hará pilates o algo así, pero tiene un cuerpo acrobático que logra doblar todo. Uno de los juegos que le encantan es cuando Pablo arroja hacia arriba, una ratita de juguete. Él salta en forma vertical, como si tuviera resortes en los pies, para atraparla. ¡Hasta hace piruetas en el aire! Debería trabajar en un circo.

Un día en que yo estaba un poco malhumorado y no soportaba que Néstor sea feliz, le jugué una mala pasada. Cuando el muy pillo estaba esquivando todas esas estatuillas que, tan cuidadosamente, Pablo tiene acomodadas sobre el mueble de madera más alto, junté aire en mis pulmones y lancé tres ladridos potentes. Néstor salió corriendo del susto y no quedó una sola en pie. Lo peor de todo eso es que Pablo me vio. En vez de retarlo* a él, me gritó como si fuera un mal hermano. Y sí, a veces lo soy. Soy tremendamente celoso.

*Retar, regañar.