martes, 17 de julio de 2012
Juegos
Hola, diario. Estoy acá tirado en el patio de casa recordando. La cabeza no para de funcionar un momento. Debo estar grande porque estoy nostálgico. Pasó Néstor, muy pancho, frente a mis narices como si no existiera y me puse a recordar los primeros tiempos en los que llegó a casa. Todavía me estoy muriendo de risa. Jugábamos a los piratas. Yo era el dueño de una isla, que era la cama de Pablo y allí me quedaba, con mis patas delanteras apoyadas completamente y la cola levantada, esperando que llegue el pirata Néstor. El muy ladino rodeaba la isla y se escabullía entre la colcha para asaltarme por sorpresa, pero ahí estábamos, luego, luchando por el territorio, hasta que nos cansábamos.
Ya no estoy tan ágil, pero pienso qué lindo fue haberlo adoptado y tener un hermano amarillo que, aunque tonto porque no sabe ladrar, sabe cómo hacerme divertir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario